Os presento una actividad fácil, entretenida y que fomenta la atención plena y la relajación a través de las artes plásticas y la respiración. Nosotros la realizamos ayer por la tarde con mis tres hijas de 3, 7 y 11 años así que como veis no hay límite de edad, y yo también disfrute mucho.

Lo primero que realizaremos es una plastilina casera y natural, a mi esta receta me gusta mucho y no tiene nada que envidiar a la que se compra ya hecha y encima tus hijos pueden experimentar las texturas con sus manos mientras lo hacen.

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Cogeremos como medida una taza de café o un vaso de yogurt:

·      3 tazas de harina de trigo.

·      1 taza de sal fina (cuanto más fina mejor).

·      1 taza de agua a temperatura ambiente.

·      2 – 3 cucharaditas de aceite.

·      Colorante alimenticio o pintura en su defecto(nosotros hemos puesto pintura vegana).

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Se mezcla la harina, la sal y el agua… luego vamos añadiendo poco a poco las cucharaditas de aceite hasta que tenga la consistencia deseada. Una vez que tenemos la masa nosotras la hemos dividido en tres partes y cada una le ha añadido un color.  En este último paso hay que mezclar bastante hasta que la masa coja todo el color.

A partir de aquí nuestra plastilina ya está lista y podemos empezar a jugar. Yo he aprovechado para explicarles la respiración del caracol. Para ello, es necesario hacer un caracol con la plastilina, a partir de aquí el niño puede poner su dedo en el centro del caracol y respirar lentamente trazando la espiral hasta llegar al final. Repite, esta vez, al contrario, del final hasta el centro. Lo pueden hacer tantas veces como sea necesario para que se relajen.

Cuando hemos terminado de jugar las hemos guardado en un bote o un tupper y ya está listo para jugar otro día ya que duran bastante.