Se resumen a continuación algunas sugerencias realizadas por el Dr. Jonn Kabat Zinn para reducir el estrés laboral, que, sin ser un programa de entrenamiento en la atención plena, contribuyen a fomentarla:
- Al despertar, tomémonos un momento de tranquilidad para afirmar que hemos optado por ir a trabajar hoy y tratemos de repasar brevemente lo que vamos a hacer, a la vez que recordamos que puede que no suceda de esta manera.
- Tomemos conciencia de todo el proceso de ir al trabajo y sintonicemos con nuestra respiración y nuestro cuerpo de vez en cuando.
- Seamos conscientes de las personas que nos rodean y despidámonos de ellos con presencia, estableciendo contacto visual y tocándolas, estando realmente con ellas.
- Intentemos sonreír un poco cuando vayamos camino del trabajo, respiremos y seamos conscientes de nuestro trayecto al trabajo.
- En el trabajo, tomemos consciencia de vez en cuando de nuestras sensaciones corporales, de donde sentimos tensión, de cómo estamos sentados, etc. y tratemos de liberarnos de cualquier tensión mientras exhalamos aire. Escojamos una postura que exprese equilibrio, dignidad y estado de alerta.
- No nos apresuremos a menos que tengamos que hacerlo, y si caminamos deprisa, hagámoslo con atención plena.
- Descansemos cuando es el momento, salgamos un par de minutos del edificio y tratemos de respirar el tiempo que caminamos un poco o estamos quietos. Si podemos, en nuestra oficina, cerremos la puerta y permanezcamos quietos cinco minutos.
- Pasemos nuestro tiempo de descanso con gente con la que nos sentimos cómodos y a gusto, en caso contrario elijamos estar solos.
- Intentemos pararnos un minuto cada hora para prestar atención a nuestra respiración. Utilicemos estos momentos para sintonizar con el presente, para recuperarnos y re-centrarnos.
- Usemos cualquier ruido como señal y recordatorio para relajarnos y centrarnos, relajémonos sintonizando.
- Observemos con atención nuestras comunicaciones con la gente del trabajo.
- Al final del día, pasemos revista a lo que hemos logrado y hagamos una lista de lo que necesitamos hacer mañana. Señalemos prioridades para que veamos qué es lo más importante.
- A la salida del trabajo, pasemos revista a nuestro cuerpo y su estado. Seamos conscientes de la transición que supone salir del trabajo. Regresemos a casa con atención plena.
- Antes de entrar en casa, tomemos conciencia de que estamos a punto de entrar y seamos conscientes de esa transición que llamamos llegar a casa. Saludemos y establezcamos contacto visual con todos, en vez de ponernos a dar gritos para anunciar nuestra llegada.
- En cuanto podamos, cambiémonos de ropa para ayudar a esa transición de pasar del trabajo al hogar y poder integrarnos con mayor rapidez y conciencia en nuestro papel de no-trabajo. Si podemos, tomémonos cinco minutos para meditar antes de hacer ninguna otra cosa. Cada persona debemos tomar la decisión de reducir nuestro estrés laboral como un reto personal